Luna Ofir

UN MUNDO, DOS CARAS. Todo lo que me imagine, todo lo que piense, todo lo que sienta, todo lo que me de bronca, todo lo que me produzca amor, todo lo que vea justo e injusto, todo lo que quiera imaginar, todo lo que quiera decir, todo lo que se me ocurra, todo lo que quiera escribir, todo!

Wednesday, September 15, 2004

Una sombra especial, la de Facu!

Estoy muy contenta que en mi barrio tengamos piedras en las calles, estar en silencio a la noche y escuchar cuando los autos pasan, amo ese ruidito, de donde viene ese amor?
De la casa de mi abuela, en entre rìos, Colòn, allà todas las calles son de piedras, no como las de mi barrio, las de allà son mucho mas lindas y cada vez que ibamos de paseo cuando era chica a visitar nuestros familiares, nos quedábamos a dormir ahí, dormíamos en el living y las camas daban justo a la ventana donde nos dividía solo la vereda de la calle, no sé muy bien como describirles esas noches de verano, pero mi imaginación volaba, imaginaba a dónde irían esos autos que escuchaba pasar, y las sombras de las personas que pasaban por la vereda, algunas las reconocía, (como verán no era acostarme y dormir!) una era muy especial, la de mi amigo Facundo.
La casa de mi abuela queda al medio de una cuadra, la casa de él quedaba en la esquina y en la otra esquina estaba la casa de su abuela, entonces las noches de verano era frecuente ver pasar su sombra, y yo no quería estar acostada!, quería estar en la vereda, aunque sea para verlo pasar.
Pero no todas mis noches eran así, había algunas especiales en las cuales hinchábamos a Sonia, mi prima-tía, que vive con mi abuela para que nos llevara al centro a tomar un helado en lo del RUSO, y a jugar a los jueguitos!, mi helado, vainilla y crema del cielo, mi jueguito, el PAC-MAN, no sabia otro!, me guastaba el de autos pero perdía enseguida!.
Como lograr una salida a la noche, portándonos bien toda la mañana, la hora en que jugábamos, no me olvido más un día que estaba en la vereda de lo de mi abuela y vino con un tricilo, que tenía un aciento detrás!, me llevó de ahí hasta la otra esquina, no se crean que fue tan fácil, la vereda estaba media media, y el asiento trasero de un triciclo no es muy cómodo que digamos, mas si me tenía que estar sosteniendo el vestido rosado para no enredarlo entre los pedales y las ruedas,y agarrarme de la cintura de él para no irme para atrás!, recuerdo que pese a la incomodidad, yo me sentía una princesa paseando en un carruaje!, tengo la foto de ese día!, cuando pueda se las publico, van a ver mi cara de susto-alegría!, y la de él, todo un caballero, tendríamos 4 o 5 años.
Me olvidé de contarles de nuestros paseos nocturnos, nos portábamos re bien todo el tiempo, obedecíamos cada palabra de Sonia, la que aguantaba todos nuestros caprichos, no corríamos, estábamos siempre al lado de ella, pero a la vuelta la volvíamos loca, cuando estábamos por llegar, nos adelantábamos un poco y tocabamos el timbre a las puertas, el típico RING RAGJE! Y nos quería comer vivos, nos hacíamos los santitos, los que nunca lo ibamos a volver hacer y a la otra cuadra RINGGG! y a correr, mientras ella corría detrás de nosotros, a la llegada la típica frase, con estos gurises no salgo más!, pasaban unos días y nuestra aventura se volvía a repetir.
Tampoco imposible olvidar las mañanas en las cuales nos íbamos con mi tío Julio a darle de comer a las palomas, esa era nuestra salida cuando no nos aguantaban más!: Porqué no van un ratito a la plaza con Julio a darle miguitas de pan a las palomitas... no se imaginan el tonito de mi abuela, entre dulce y VAYANSEN UN RATO!, otro horario de juegos era el de la tardecita, cuando yo volvía del campo de mis abuelos y èl de la playa, (no me gustaba que èl llegara màs tarde que yo), quería que cuando yo volviese del campo el ya esté.
Esa era la hora de disfrazarnos, nos encantaba pintarnos y jugar con las cosas que tenía Sonia en la peluquería, mas que nada un spray que era para poner brillos en el pelo, tengo foto de eso también, el esta todo una nena!, porque solo había maquillaje para nuestro juego.
Que tiempos tan felices, el ya tiene hijos, dos! somos de la misma edad, se casó joven, o yo estaré atrasada?, no sé lo que si sé es que estuvo mal, se separó, le costó mucho la separación, dicen mas que nada por lo apegado a sus hijos, tan chiquitos, pero bueno, cuando pregunto por él me dicen que está bien.
Ojalá Facu, que nunca más nos des un susto, porque allá arriba vamos a tener que hablar muy seriamente.
Ya no somos más chicos, ya pasaron 20 años de todas estas alegrías, de todos estos juegos inofensivos, y los dos por lo que veo no estamos viviendo un cuento de hadas como nos solía leer Sonia.
Pero tenemos los recuerdos, agarralos como yo lo hago, aferrate a todas esas fantasías, en donde no existían los miedos, las responsabilidades!, contale nuestras travesuras a tus hijos!, amalos mucho, dale todo lo que a vos te dieron y más!
Llevalos a los jueguitos,
llevalos a tomar un helado a lo del RUSO,
haceles probar crema del cielo!,
llevalos al río, dejalos meterse a lo ondo,
dejalos que toquen timbre en las puertas y que salgan corriendo, o como vos hacias de pegar una cinta para que quede sonando, bien molesto.
Llevalos a la plaza con las palomas,
a la iglesia cuando esta vacía como hacíamos nosotros para tocar a esos santos que nos tenìan que subir a upa para verlos bien de tan grandes que eran,
esa plaza que está tan linda con tantos juegos, (mirá si en nuestra época hubieramos tenido esos juegos, y ese castillo inflable!)
No les des una infancia triste, sin juegos, sin travesuras, sin papá, no lo hagas.
Te recuerdo con mucho amor.
Y fuerza, que la vida sigue y quien sabe cuántas alegrías nos está escondiendo el destino!

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